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El Instituto Tecnológico del Calzado, Inescop, en alianza con el departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Alicante está trabajando en el desarrollo de una técnica de pirólisis que sería aplicada a los residuos de piel curtida de las industrias de calzado, con el fin de convertir estos desechos en biocombustible que se pueda utilizar en diferentes procesos industriales.
Esta investigación apoyada por el Instituto de la Mediana y Pequeña Industria Valenciana, Impiva, con más de 16 mil euros, pretende que este biocombustible obtenido de los desechos de piel curtida se pueda utilizar de forma similar a los productos derivados del petróleo. En los últimos cuatro años Impiva ha invertido 20 millones de euros en 143 proyectos de investigación desarrollados por Inescop, que buscan minimizar el impacto de la industria del calzado sobre el medio ambiente.
Al respecto se pronunció Daniel Moragues, director general del Impiva, quien aseguró que este es un proyecto «innovador, ecológico y con un enorme potencial de futuro para el sector del calzado que vuelve a poner de relieve el papel destacado que desempeñan los institutos tecnológicos acercando las últimas tecnologías a las empresas»
Según la Confederación Española de Curtidores, CEC, y la Federación de Industriales del Calzado, FIC, en España se producen alrededor de 16,266 toneladas de residuos de piel curtida al año, en caso de que el proyecto de transformación de residuos de cuero curtido en biocombustible funcione, el impacto de los desechos sería ampliamente reducido además que generaría un nuevo beneficio económico para las curtiembres. A futuro el Inescop planea aplicar el proceso de pirólisis a los zapatos desechados que en España suman aproximadamente 68 mil toneladas al año.