Descarbonización y cálculo de la huella de carbono corporativa en el sector
Por: Joana Soares/Rui Moreira - CTCP

El concepto de descarbonización se ha desarrollado y actualmente, los temas relacionados con la descarbonización forman parte de nuestra vida diaria. Podemos asociar este término al proceso de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a la atmósfera (con énfasis en el CO2 ) y los objetivos definidos en el Acuerdo de París. El Acuerdo de París es un tratado internacional jurídicamente vinculante sobre el cambio climático. Fue adoptado en la COP21 por 194 entidades (193 países y la Unión Europea) el 12 de diciembre de 2015 y entró en vigor el 4 de noviembre de 2016.

El Acuerdo de París tiene como objetivo limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C por encima de los niveles anteriores a la Revolución Industrial. Sin embargo, los compromisos asumidos hasta ahora son insuficientes para contener el calentamiento global. La COP30 (Conferencia de las Partes), que se celebrará en Belém do Pará (Brasil) en 2025, marcará diez años de la firma del Acuerdo de París. Será en esta conferencia donde los países deberán presentar nuevos objetivos de reducción de emisiones de GEI.
En este contexto, la industria del calzado se alinea con los objetivos climáticos y participa de este compromiso global y así, obtiene oportunidades y beneficios para su desarrollo. Es importante que las empresas se involucren en el cálculo de las emisiones de GEI de su actividad e implementen planes de acción para reducir sus emisiones de GEI.

¿Cómo calcular las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI)?
El cálculo de las emisiones de GEI de una empresa considera las actividades que resultan en la liberación de GEI, desde la generación de energía y el uso de combustibles fósiles hasta los procesos industriales, el transporte y la gestión de residuos. Los GEI incluyen gases como el dióxido de carbono (CO 2 ), el metano (CH 4 ), los óxidos de nitrógeno ( NOx ) y otros. Todos se miden en términos de CO2 equivalente para permitir el cálculo agregado, la evolución en el tiempo y la evaluación comparativa. El Protocolo de GEI ( https://ghgprotocol.org/ ) es un documento que establece directrices para el cálculo de las emisiones de GEI, definiendo su categorización en tres áreas:

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• Alcance 1 (Emisiones Directas): Son las emisiones directas de GEI de fuentes propiedad de la empresa o controladas por ella. Esto incluye la combustión de combustibles en instalaciones propias ( por ejemplo, flota de vehículos propia), emisiones de procesos químicos ( por ejemplo, compuestos orgánicos volátiles) y emisiones fugitivas ( por ejemplo, gases fluorados).
• Alcance 2 (Emisiones Indirectas de Energía): emisiones indirectas de GEI provenientes de la adquisición de energía eléctrica u otra para el desarrollo de los procesos de la empresa. Aunque la empresa no controla directamente la generación de estas energías, su consumo contribuye a las emisiones de GEI en las plantas que las producen.

• Alcance 3 (Otras emisiones indirectas): incluye todas las demás emisiones indirectas que se producen en la cadena de valor de la empresa. Estos pueden cubrir una amplia gama de actividades, como la producción y el transporte de materias primas, los viajes de negocios, la reubicación de empleados, el uso de productos vendidos y el tratamiento de residuos. En el caso de la industria de la moda, está claro que las emisiones de alcance 3 son las que tienen el mayor impacto. La complejidad de su evaluación y el limitado control que tienen las empresas sobre estas emisiones hace que su medición se realice bajo supuestos y, a menudo, tras obtener la evaluación de emisiones de alcance 1 y 2.

¿Por dónde empezar?
En una primera fase, es recomendable que las empresas inviertan en las emisiones de GEI de alcance 1 y 2, ya que son las emisiones sobre las que la empresa tiene control y mayor influencia, y puede actuar en el corto plazo para reducirlas. Esta evaluación implica la realización del inventario de emisiones de GEI. Este inventario incluye emisiones directas (alcance 1) e indirectas (alcance 2), por lo que es necesario recopilar datos de Energía Eléctrica: consumo de electricidad generada a partir de fuentes fósiles. Los datos se pueden obtener de las facturas de electricidad y de los registros de consumo; Combustibles fósiles: uso de gasolina, diésel, gas natural y otros combustibles en vehículos, generadores y otros equipos.

Los datos pueden recopilarse de facturas de combustible, registros de mantenimiento y otros registros; Procesos Industriales: emisiones de los procesos de producción y transformación. Requieren datos de producción y mediciones directas de emisiones. Se incluyen datos sobre gases fluorados (por ejemplo, aire acondicionado, cámaras frigoríficas) y disolventes (por ejemplo, procesos de pegado y acabado). Con el inventario de emisiones de GEI, la empresa puede definir un plan de acción para reducir sus emisiones, disminuyendo el impacto ambiental de sus operaciones, mejorando su reputación y potenciando las oportunidades y cumpliendo los objetivos definidos por el Acuerdo de París.

¿Qué acciones se deben implementar para la descarbonización?
Las empresas del sector del calzado y confección, a pesar de tener una menor intensidad energética en comparación con otras empresas de la industria manufacturera, tienen un alto potencial de reducción de emisiones de GEI, específicamente porque tienen un alto potencial de electrificación de procesos industriales. Se pueden aprovechar los principales recursos endógenos disponibles para ayudar al sector del calzado en la descarbonización, en concreto la energía solar fotovoltaica (a través de sistemas de autoconsumo y comunidades de energías renovables).

Adicionalmente, cabe destacar que es posible adquirir energía procedente de fuentes renovables (con certificación de origen), ya sea electricidad o gases renovables (en procesos que requieran el uso de gas natural, y donde aún no sea factible electrificarlo). La implementación de medidas de eficiencia energética, que tienen como objetivo mantener o mejorar las condiciones de uso/operación de una instalación, permite una reducción del consumo energético (y en consecuencia, de las emisiones de GEI asociadas), contribuyendo a la descarbonización del sector del calzado a través del ahorro energético y/o la reducción/minimización de pérdidas energéticas. Al mismo tiempo, estas acciones tienen un impacto económico favorable, ya que reducen los costos energéticos de las empresas.

En conclusión…
En resumen, mediante la medición de las emisiones de GEI es posible identificar sus principales fuentes e implementar estrategias para reducirlas. Una empresa que mide y reduce sus emisiones de GEI puede mejorar su reputación en el mercado, atrayendo a consumidores conscientes e inversores interesados en prácticas sostenibles. Además, la empresa puede tener beneficios económicos, ya que parte de la reducción proviene de acciones para aumentar la eficiencia energética de los procesos, reduciendo estos costos. Otro aspecto crucial es el cumplimiento legal.

Organizaciones intergubernamentales, los gobiernos centrales, regionales y locales están implementando objetivos y políticas de reducción de GEI para controlar estas emisiones; las empresas que no cumplan con estas regulaciones pueden enfrentar multas, sanciones y otras penalizaciones. Medir y reducir las emisiones de GEI ayuda a las empresas a alinearse con sus compromisos del Acuerdo de París, reducir sus costos energéticos y fortalecer su posición y reputación en el mercado.

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