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Kenton Lee, director ejecutivo de la organización Because International, tuvo la idea de crear un calzado que se ajustara al crecimiento de los niños y que resultará muy beneficioso para los pequeños de escasos recursos que no tienen la posibilidad de cambiar de zapatos cada vez que lo necesitan. El resultado fue la creación de una sandalia que se expande a través de un sencillo sistema de broches a presión, correas ajustables y hebillas, lo que le permite crecer en el frente, los lados y la parte posterior, dándole la posibilidad de adaptarse a cinco tallas diferentes, generando una durabilidad de cinco años aproximadamente. Esta sandalia está elaborada con un cuero suave de alta calidad en la parte superior y una suela de goma muy duradera, hecha en un material similar a un neumático. En este momento la sandalia está disponible en dos tamaños diferentes: pequeños, que están diseñados para niños que se encuentran en el preescolar hasta cuarto grado, y los grandes, para niños de quinto a noveno grado.
Esta novedosa sandalia que crece está diseñada para ser muy resistente y duradera, siendo una gran solución para los más de 300 millones de niños que hoy en día no tienen zapatos o que no usan su talla; «»los niños sin zapatos son susceptibles a las lesiones y a contraer parásitos que infectan a los humanos a través de los pies. El problema con las donaciones de zapatos ordinarios, es que pronto quedan rebasados por el crecimiento de los niños, que es exactamente el problema que estas nuevas sandalias buscan arreglar»», dijo Lee. Este producto hace parte del proyecto The Shoe That Grows que la organización sin ánimo de lucro está liderando.
El proyecto funciona por medio de donaciones con el fin de distribuir las sandalias. Por ejemplo, en enero de 2014, la organización de Kenton logró reunir fondos suficientes para producir y distribuir 1.000 pares a niños en Kenia, actualmente está recaudando fondos para un segundo envío de 5.000 pares y ya ha superado su meta de US $ 50.000. Los donantes pueden comprar las sandalias para distribuirlas ellos mismos o comprar un par y elegir una de las cinco organizaciones norteamericanas sin fines de lucro para distribuirlos a orfanatos e iglesias de todo el mundo. Hasta el momento cerca de 2.500 niños de países como Ghana, Haití, Kenia, Perú, Ecuador y Colombia se están beneficiándose con este novedoso producto.